Prólogo

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El Imperio Devere, conocido como la tierra de Dios, hab&iacute;a sufrido a&ntilde;os de sequ&iacute;a. Mientras todos estaban desesperados, un d&iacute;a, una profec&iacute;a del &uacute;nico Dios del Imperio Devere finalmente hab&iacute;a llegado.
'Como proclama el Dios Todopoderoso, la Santa debe concebir, y todos los pecados del hombre ser&aacute;n perdonados.'
Sin embargo, los rostros de todos los reunidos para escuchar la profec&iacute;a divina se volvieron tan blancos como una s&aacute;bana. &iquest;La santa concebir&aacute;?&nbsp;Sin embargo, &iquest;qu&eacute; otro pecado podr&iacute;a ser m&aacute;s pecaminoso que este?
* * *
"De hecho, qu&eacute; santa lasciva eres". "Espera espera&hellip;!"
Mientras la mujer gem&iacute;a a todo pulm&oacute;n, la embestida del orgasmo no estaba muy lejos. Al final, ella llor&oacute; y le suplic&oacute; que se detuviera.
&ldquo;Ahn, nngh... No hagas esto, por favor.&nbsp;&iexcl;Dios podr&iacute;a estar mirando!&rdquo; "Te equivocas.&nbsp;Dios estar&iacute;a muy complacido de verte as&iacute;.&nbsp;&Eacute;l fue quien te orden&oacute; que concibieras un hijo."
Sin embargo, en respuesta a su s&uacute;plica, el hombre introdujo otro dedo dentro de ella, y su mano sigui&oacute; entrando y saliendo, y dentro y fuera y... Aunque ella no deseaba reaccionar al contacto del hombre, sinti&oacute; que su cuerpo se calentaba m&aacute;s y m&aacute;s.&nbsp;Los fluidos que se escapaban de la parte inferior de su cuerpo comenzaron a mojar los pantalones del hombre, as&iacute; como el banco de la capilla en el que estaban sentados.
&ldquo;&iexcl;Ja!&nbsp;Hhn.&nbsp;Ahh, d-detente, para&hellip; &iexcl;HAH!&rdquo; "No puedes mentir delante de Dios, querida Santa". &ldquo;Hnngh, ahh, no, yo&mdash; yo no soy una s-santa&hellip;&rdquo;
Ya no pod&iacute;a ocultar el placer que hab&iacute;a venido a detener todo su ser. La mujer, que hab&iacute;a sido devastada por el toque del hombre, abri&oacute; mucho los ojos y todo lo que pudo ver fue la estatua del &uacute;nico Dios que sosten&iacute;a una cruz frente a Su pecho. Si pudiera, maldecir&iacute;a a Dios tanto como quisiera.
&iquest;Cu&aacute;l es tu intenci&oacute;n en el mundo al hacerme anhelar el toque no de un marido, sino de otro hombre? Querido Dios Benevolente, &iquest;c&oacute;mo pudiste hacerme esto?
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Santa - Capitulo 0

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